17 mayo 2024

Atención al deportista describiendo y aplicando diferentes técnicas de comunicación y motivación.

A lo largo de este capítulo vamos a tratar varios contenidos que tienen mucho que  ver  con  dos  aspectos  clave  en  el  tratamiento  de  las  personas  que  se inician  en  alguna  actividad  deportiva.  Nos  referimos  a  la  motivación  (motor básico  para  la  realización  de  actividad  física,  la  mejora  y  la  adherencia  a  la práctica) y la comunicación del técnico deportivo con los aprendices (imprescindible para el proceso enseñanza-aprendizaje). Ambos temas vienen

desglosados en el currículo oficial en varios epígrafes que, tal y como hemos hacho hasta ahora en el texto, seguiremos respetando.

2.1 Motivaciones y actitudes propias de la infancia ante la práctica deportiva

Antes de referirnos a cuáles son las principales motivaciones deportivas de la infancia (y de otras etapas evolutivas) vamos a incluir una breve introducción necesaria  sobre  el  concepto  de  motivación  desde  el  punto  de  vista  de  la psicología.

La motivación puede definirse como la búsqueda, aproximación o atracción del individuo hacia algo y la intensidad del esfuerzo (el empeño) que es capaz de realizar para tratar de conseguirlo. Así pues se compone de dos dimensiones:

    A.Dirección – necesidad.

    B.Intensidad – impulso.

El modelo interaccional de motivación20 nos muestra como la motivación es un fenómeno multifactorial.

 Figura 10: representación gráfica del modelo multifactorial para la explicación de los factores que afectan a la motivación.

Algunas consecuencias de ello son:

  – Las  personas  se  motivan  tanto  ante  determinadas  situaciones  como  a causa de sus propios rasgos o factores personales.

  – Los  motivos  para  participar  son  múltiples,  algunos  compartidos  y  otros únicos. Los motivos pueden ir cambiando con el tiempo.

  – Los líderes influyen en la motivación.

Uno de los objetivos de trabajo del técnico deportivo consiste en ayudar a que el deportista desarrolle sensaciones, sentimientos y experiencias de Autoeficacia, lo cual se puede conseguir mediante las siguientes pautas:

    – Favorecer experiencias de dominio.

    – Adecuar el nivel de activación.

    – Utilizar la persuasión verbal.

Algunos  conceptos  importantes  relacionados  con  la  motivación  que  debemos conocer son:

  – El aprendizaje vicario: aprendizaje a través de la observación de modelos (el entrenador).

  – La  teoría  de  la  profecía  autocumplida.  Relacionado  con  el  llamado Efecto Pigmalión (que explica como las expectativas del entrenador con respecto al rendimiento del deportista tienden a cumplirse por el tratamiento inconsciente que el primero ejerce sobre el segundo).

La motivación de las personas está directamente relacionada con   la jerarquía de las necesidades humanas (Maslow).

Figura  11:  esquema  que  muestra  la  jerarquía  de  necesidades  humanas  que  tienen  una

implicación directa sobre la motivación de las personas.

Las más relacionadas con la actividad deportiva se podrían resumir en:

    -Diversión.

    -Pertenencia.

    -Demostrar competencia.

La  motivación,  además  de  todo  lo  visto  hasta  ahora  puede  variar  mucho  en función de las edades. Veamos algunas características más o menos típicas de las diferentes edades:

    -Infancia (8-11 años):

          o Suelen estar motivados de por sí.

          o Fase de comparación social.

          o Padres  y  entrenadores  deben  situarse  a  su  nivel  deportivo:  ¡un juego!  en  el  que  ganar  o  perder  no  tiene  importancia.  Lo  que importa es jugar.

          o La competición debe orientarse a corregir para mejorar, no para criticar, reñir o castigar.

          o Utilizar muchas formas jugadas, buscar su diversión.

          o Evitar atribuciones a su escaso esfuerzo.

          o Juegan a deportes, no los practican como tal.

          o Siempre preguntar si se han divertido, no por el resultado.

    -Infancia (11-13 años):

          o Evitar  que  las  diferencias  de  desarrollo  entre  los  practicantes suponga una causa de abandono por ausencia de resultados.

          o Fase de comparación social.

          o Tratar de ajustar las demandas de la práctica a las capacidades y destrezas de cada deportista.

          o Un niño ansioso no juega de forma desahogada.

          o Un niño aburrido puede volverse exhibicionista y no ajustarse al programa de los demás.

            o Importantísimo ajustar tareas y objetivos al entorno de consecución y aprendizaje próximo.

          o Adoptar objetivos orientados a la tarea y no al resultado.

    -Adolescencia (14-16 años):

          o Aumenta la dedicación individualizada, especialmente en cuanto  a objetivos.

          o Los objetivos han de ser realistas, posibles, desafiantes y  flexibles.

          o Mucho  trabajo  para  centrar  a  los  deportistas  en  la  ejecución  y               comprensión de las tareas y en el dominio técnico, consigo mismo como referencia y evitando comparaciones con los demás.

          o El  éxito  debe  referenciarse  siempre  al  aprendizaje  y  nunca  al resultado competitivo.

    -Adultos:

          o Manejar  correctamente  el  factor  motivador  de  la  competición  como recurso de demostración de su dominio.

          o Debe  alternarse  y  compaginarse  el  trabajo  colectivo  e  individual de motivación.

          o Los  objetivos  deben  ser  compartidos  entre  el  deportista  y  el  entrenador.

          o Fundamental mantener un elevado nivel de comunicación.

2.2 Motivaciones intrínsecas y extrínsecas

Los  tipos  básicos  de  motivación  son  dos:  interna  (intrínseca)  y  externa  o  extrínseca.  La  primera  se  apoya  en  intereses  y  deseos  más  personales,  la segunda  más  en  recompensas,  castigos  o  consecuencias  externas  (muchas veces de tipo material). Diego & Sagredo (p.75).

Figura  12:  modelo  ilustrativo  de  los  diferentes  niveles  de  motivación  que  se     sitúan desde lo más personal e interno (las dos capas centrales) hacia lo más       externo (sucesivamente los tres estratos periféricos del círculo).

La  interna  es  más  duradera  y  es  auto-regulada.  La  externa  varía  mucho  y depende de recompensas ajenas. Ambas pueden coexistir y tienen sus ocasiones para resultar adecuadas.

Otras posibles clasificaciones pueden ser la distinción entre:

    – Motivación directa (recompensas, castigos, etc.: complacencia,  internalización, identificación).

    – Externa o indirecta (modificaciones del ambiente: competición-recreación; diversificar oportunidades; cambios de escenario; gestión de grupos en las tareas…).

    – Además  el  Feed-back  (retrolimentación)  es  una  fuente  de  motivación fundamental y completamente relacionada con el aprendizaje.

2.3 La teoría de Metas de Logro

Entendemos por Motivación de logro al afán de una persona en esforzarse y perseguir  el  éxito  en  algo,  sobreponiéndose  a  las  dificultades  y  fracasos.  En otras palabras, el empeño que pone en conseguir las metas que asume. Logar sus  metas  se  convierte  en  el  objetivo  y  a  su  vez  en  un  motor  importante  de motivación. Esto tiene dos consecuencias prácticas importantes:

  – El establecimiento (razonado y reflexivo, clarificado y progresivo,  adecuado a las posibilidades, etc.), se convierte en un excelente método para conseguir motivación.

  – La  progresiva  consecución  de  metas  o  logros,  genera  un  refuerzo  positivo que favorece la permanencia de altos niveles de motivación.

La  motivación  de  logro  además,  suele  estar  vinculada  a  la…  Competitividad, que es la disposición a esforzarse para obtener satisfacción en situaciones de comparación con estándares de referencia y en presencia de posibles evaluadores.  La  competitividad  suele  aparecer  como  una  característica  o ingrediente natural y habitual en las manifestaciones deportivas.

La motivación puede además estar afectada por dos tendencias opuestas: las recompensas y éxito – la indefensión aprendida (miedo al fracaso). Podemos ver su funcionamiento en el siguiente gráfico de Weinberg & Gould (p. 84).

Figura  13:  modelo  de  funcionamiento  de  las  dos  posibles  vías  de  actuación  o       dirección ante una situación dada. En la parte superior el sujeto responde con una       motivación dirigida hacia el logro, mientras que en la inferior se pretende evitar el fracaso.

El  nivel  de  motivación  ideal  para  realizar  cualquier  actividad  tiene  unos   componentes de activación, actitud, interés, etc. determinados. Una motivación inadecuada puede producirse por defecto (falta de ganas) o por exceso (éste puede provocar demasiada ansiedad). Lo vemos en Diego & Sagredo (p.73).

Figura  14:  esquematización  del  nivel  de  activación  ante  una  actuación  deportiva.       Existen niveles excesivamente bajos o elevados, así como un grado de activación idóneo ante cada situación. Los niveles están muy relacionados con la motivación del sujeto ante el evento o situación afrontada.

2.4 Principales motivos de abandono en jóvenes deportistas. La transcendentalización competitiva.

Ahora vamos a abordar de una forma más específica el problema del abandono prematuro  de  la  práctica  deportiva.  Algo  que  está  resultando  demasiado habitual  en  nuestros  días.  Entre  las  causas  habituales  podemos  encontrar pensamientos como estos:

  – No soy bueno en ese deporte.

  – No me divierto.

    – Prefiero otro deporte.

    – Demasiada presión.

  – Me aburre.

  – No me cae bien el entrenador.

  – Demasiado tiempo y dureza de entrenamiento (calendarios).

  – No me estimula.

      “Los  niños  que  presentan  percepciones  de  baja  capacidad  para  aprender  y  ejecutar       destrezas  deportivas  no  participan  (o  abandonan),  mientras  que  los  que  persisten       exhiben niveles superiores de percepción de competencia. Partiendo de esta información, podemos inferir que una tarea importante de los educadores deportivos yentrenadores juveniles consiste en descubrir formas de aumentar la autopercepción de capacidad de los niños. Un modo de hacer esto es enseñando a los niños a evaluar sus ejecuciones  en  función  de  sus  propios  patrones  de  mejora  y  no  según  los  resultados obtenidos en la competición (victoria o derrota)”. Weinberg & Gould (p. 526).

Algunas conclusiones sobre participación o abandono, serían:

    1. La  mayoría  de  las  motivaciones  para  participar  son  intrínsecas  por naturaleza.

    2. Los motivos son múltiples no únicos.

    3. Algunos  abandonan  por  cambio  de  actividad,  pero  otros  por  razones negativas.

    4. Es fundamental que los niños se sientan valiosos y competentes en la actividad, de no ser así, las posibilidades de abandono aumentan.

Los  técnicos  deberían  controlar  unas  estadísticas  básicas  de  participación  y abandono (controles cuantitativos), así como indagar (a través de entrevistas u otros procedimientos de tipo cualitativo) las posibles causas de los abandonos o del apego a la actividad.

  Denominamos  trascendentalización  competitiva  al  exceso  de  importancia  que el deportista otorga al resultado obtenido en la competición. En la mayoría de los casos, ese exceso de transcendencia es algo que se aprende del entorno cercano (familia, compañeros, técnico deportivo, público…) y del entorno social expandido  (sobre  todos  los  medios  de  comunicación).  Ante  esta  situación,  la actuación  personal,  los  logros,  el  esfuerzo  y  otros  muchos  componentes deseables y positivos de la práctica deportiva se perciben como inexistentes o se  infravaloran  al  ser  evaluados  o  comparados  con  el  resultado  competitivo, provocando desmotivación y, como consecuencia, alto riesgo de abandono.

2.5 Estrategias para fomentar la participación, la motivación y el disfrute, como elementos clave para la fidelización deportiva, atendiendo a las diferencias de género.

En el apartado 1.7 ya dimos algunas claves prácticas a tener en cuenta durante la iniciación deportiva que tienen que ver mucho con la motivación, el disfrute, el fomento de la participación y la fidelización (entendiendo ésta como conseguir que los practicantes se mantengan fieles y constantes a la práctica deportiva  regular,  normalmente  en  el  entorno  deportivo  en  el  que  se  inician). Sin embargo, vamos a añadir algunas más.

En  Weinberg  et  al22.  Encontramos  los  siguientes  consejos  para  conseguir entrenamiento eficaces en este sentido. Son atribuidos a Smoll y Smith (1980) y Weiss (1991):

    1. Emplear  mucho  elogios  y  estímulos  cuando  los  niños  hacen  las  cosas bien (refuerzo positivo).

    2. Los elogios han de ser sinceros.

    3. Las expectativas han de ser realistas y adecuadas a la edad.

    4. Recompensar el esfuerzo tanto o más que el resultado.

    5. Centrar  el  esfuerzo,  la  atención  y  la  práctica  en  el  desarrollo  de  las destrezas mediante la enseñanza y el entrenamiento.

    6. Utilizar  recursos  adaptados  para  el  aprendizaje  (variar  los  ejercicios, materiales, etc. facilitando el éxito de las ejecuciones).

    7. Promover la participación y favorecer la acción al máximo, alterando o modificando el reglamento.

    8. Recompensar la ejecución adecuada, no sólo el resultado.

    9. Corregir desde un enfoque positivo (técnica tipo “sándwich”: comentario positivo + corrección + comentario alentador positivo).

  10. Desarrollar  un  entorno  favorecedor  de  nuevos  intentos  y  que  evite miedo al fracaso.

  11. Mostrarse sinceramente entusiasta.

Además, las siguientes estrategias23 responden a los estudios de necesidades o causas por las que al parecer la mayor parte de los deportistas menores de edad realizan práctica deportiva.

NecesidadEstrategia de entrenamiento
Aprender y mejorar nuevas destrezasPrácticas educativas eficaces (feed-back, demostraciones….)
Enfoque positivo (refuerzo positivo)
Conocimiento técnico y táctico del deporte
DivertirseCreas expectativas realistas
Diseñar entrenamientos activos (sin esperas o monotonía)
Jugar y bromear libremente entre ellos
Afiliación y socializaciónDarles tiempo para hacer amigos
Incluir en el programa eventos sociales y de ocio
Insertar periodos de tiempo libres antes, durante o después de las sesiones de entrenamiento
Excitación y atractivoDar variedad a las tareas, evitar monotonía
Introducir cambios de ritmo, actividad y dinámica en el entrenamiento
Centrarse en prácticas cortas, animadas y atractivas
Ejercicio y estado de formaEnseñarlos a identificar y controlar su forma física
Incluir prácticas cuyos objetivos (definidos) sean la mejora de la forma física
Ganar, competir, superar desariosPermitir e incluir competición
Ayudar a definir la victoria como superación o logro propios y no como derrota de los contrarios

Tabla  5:  estrategias  útiles  para  el  entrenamiento  con  jóvenes,  basadas  en  las  principales razones por las que dichos jóvenes parecen practicar deportes.

Además de todo lo anterior es importante tener en cuenta que las diferencias de  género  generan  diferencias  en  varios  aspectos  que  durante  la  práctica pueden afectar a la motivación. Veamos algunos ejemplos habituales:

  – Las  fases  de  maduración  biológica  y  de  desarrollo  motriz  no  son coincidentes  en  la  generalidad  de  las  niñas  con  respecto  a  las  de  los niños.  Esto  es  algo  que  puede  afectar  directamente  a  los  ritmos  de aprendizaje y por tanto a la motivación.

  – A  partir  de  la  pubertad  (a  la  que  ellas  llegan  antes)  los  niños  ven acelerado su desarrollo condicional con un alejamiento importante respecto a las niñas, fundamentalmente en manifestaciones relacionadas con la fuerza, la resistencia y la velocidad. Ello implica que las  apreciaciones  de  logro,  rendimiento,  etc.  deban  observarse  bajo sistemas de referencia diferenciados.

  – La  sociedad,  con  sus  comportamientos,  flujos  de  información,  valores contextuales y cultura, influye poderosamente sobre la mentalidad de los jóvenes deportistas, y el género de todos ellos no está exento de verse influenciado  por  la  presencia  de  diferentes  modelos  que  activan  las tendencias  a  promover  diferentes  tipos  de  preferencias,  estilos  de         comportamiento deportivo, etc.

Estas y otras muchas causas diferenciadoras han de prevenirnos en el sentido de mantenernos alerta para detectar posibles diferencias de interés y   comportamiento  entre  ambos  géneros  y  así  generar  estrategias  que  ni  la participación, la motivación o el disfrute se vean mermados por cuestiones de género.  Es  muy  difícil  (sería  un  error)  plantear  estrategias  fijas  para  evitar problemas  en  este  sentido,  ya  que  las  situaciones  pueden  variar  mucho  en función de la edad, entorno social, porcentaje de cada género, tamaño de los grupos,  modalidad  deportiva,  etc.  Pero  si  podemos  indicar  algunos  puntos organizativos en los que poder fijarse:

    – Agrupamientos compensados en cuanto a capacidades.

    – Co-participación en determinadas tareas o modalidades.

    – Separación en otras.

    – Adaptaciones de materiales y espacios si fuera necesario.

    – Adaptación de reglamentos.

    – Diversidad  de  recursos  de  referencia  para  utilizar  como  ejemplos  o modelos.

    – Indagar en los intereses y motivaciones de las personas y/o grupos.

    – Generar  diferentes  actividades  complementarias  de  ocio  o  Desarrollo social, acordes a la naturaleza del grupo.

En  cualquier  caso  la  iniciación  deportiva,  hoy  en  día,  afortunadamente  está abierta  a  la  participación  de  todos  los  niños  y  niñas.  Sin  embargo  conviene estar atentos para evitar barreras de participación por cuestión de género. En este  sentido  si  bien  la  iniciación  no  suele  plantear  problemas  si  pueden encontrarse  casos  particulares  de  organizaciones  o  entidades  que  pueden pretender mantener estos dos tipos de barreras:

   – No  admitir  deportistas  de  cualquier  de  los  dos  géneros  (por  ejemplo niñas  en  fútbol  o  rugby,  o  niños  en  gimnasia,  natación  sincronizada). Siempre se acogen para justificarlo a razones culturales o reglamentarias.

    – Admitir  pero  segregar  a  ambos  géneros  ofreciéndoles  un  proceso  de         entrenamiento completamente separado y diferenciado. Los niños por un lado y las niñas por otro.

Respecto  a  la  primera  hemos  de  decir  que  la  tendencia  social  natural  va  a generar  que  sean  muy  pocos  los  casos  de  niños  que  quieran  practicar  un deporte reglamentariamente femenino (aunque puede haberlos) y que apenas  hay modalidades deportivas que sean exclusivamente masculinas (ironías de la vida…).  Pero  que  la  tendencia  es  (y  debe  ser)  que  a  nivel  de  escuelas  o entidades de iniciación deportiva, debería atenderse por igual a niños o niñas, sea cual sea la modalidad.

Respecto  a  la  segregación  por  sexos,  hay  varias  cuestiones  que  tener  en cuenta. Por un lado está la reglamentación federativa que impone segregación en determinados deportes y determinadas categorías (generalmente todos los de  equipo,  y  la  mayoría  de  los  individuales,  dejando  la  participación  libre, abierta o compartida para las modalidades más recreativas, de aventura, etc.).

Esta  separación  parece  lógica  y  obedece  a  las  importantes  diferencias  entre sexos en aspectos condicionales (algo que ya hemos comentado e ilustrado). Lo que ocurre es que a nivel formativo estas circunstancias podrían obviarse a   determinadas  edades,  pudiendo  ofrecerse  programas  de  formación  conjuntos (en  realidad  desde  cualquier  edad  hasta  aproximadamente  los  11-12  años, edad  a  partir  de  la  cual  las  diferencias  físicas  empiezan  a  manifestarse  con mayor intensidad.

En cualquier caso como consejo general podemos indicar que si la modalidad deportiva en cuestión está organizada de forma separada (equipos, torneos…) parece  sensato  crear  una  estructura  de  equipos  en  ese  mismo  sentido, mientras  que  para  organizaciones  de  carácter  menos  competitivo  y  más   formativo-participativo  (campamentos,  campus,  cursos,  deportes  de  aire  libre, iniciación básica no competitiva, etc.) el “co-entrenamiento” parece una

solución atractiva y favorecedora de una salud social en cuestiones de género.

2.6 Valoración del proceso de aprendizaje por encima del resultado deportivo

Esto es algo que ya ha quedado claro a lo largo de este capítulo, tanto al hablar de  la  motivación,  como  de  la  necesidad  de  restar  trascendencia  al  resultado   competitivo,  la  importancia  de  focalizar  la  evaluación  y  auto-evaluación  en  el logro, etc.

Podemos añadir que el técnico deportivo es antes que nada un facilitador de aprendizajes. Lo cual quiere decir que tendrá que regir su actuación tanto por principios pedagógicos, como didácticos específicos de su modalidad deportiva así como con ciertos conocimientos de psicología evolutiva y deportiva. Eso es   precisamente  lo  que  justifica  la  inclusión  de  este  módulo  en  los  estudios diseñados  para  alcanzar  su  titulación.  En  cualquier  caso  su  cometido  es realizar  una  labor  que  facilite  el  aprendizaje  (técnico,  táctico,  etc.)  no  que  lo dificulte o lo sustituya por la mera selección.

El  trabajo  psicológico  sobre  las  expectativas  deportivas es  fundamental.  Las expectativas generadas son un aspecto importante como motor de la motivación. Por lo que resulta vital adecuar correctamente el nivel de expectativas a las posibilidades reales de los deportistas o equipos. Esto debe tenerse en cuenta tanto desde el punto de vista del aprendizaje como de los resultados. Por otro lado hay que trabajar también sobre el establecimiento de expectativas cuyo logro dependa de las actuaciones y preparación de nuestros deportistas  y  no  de  factores  aleatorios  o  no  controlables  por  ellos.  El  trabajo sobre el establecimiento de expectativas debe dirigirse hacia varios estamentos de la entidad deportiva:

          a. Entrenador (trabajo reflexivo autónomo).

          b. La  entidad  (directivos,  socios,  etc.).  Para  lo  cual  lo  mejor  es               aclarar y asumir objetivos previos compartidos para evitar posteriores conflictos derivados exclusivamente de los resultados deportivos.

          c. El entorno. Familiares, espectadores, amigos, prensa; son todos ellos potentes generadores de expectativas, no controlados y que pueden provocar mucha influencia sobre los deportistas. El entrenador debe ejercer aquí una función de filtrado y protección.

          d. Los deportistas. Ellos son el principal objeto de trabajo a la hora de establecer expectativas y trabajar sobre ellas, tanto individual como colectivamente.

2.7 Valoración de la actitud del alumnado (de los/las deportistas) por encima de su aptitud

Para  cerrar  esta  área  de  contenido  relacionado  con  la  motivación  y  sus consecuencias,  queremos  recalcar  algunos  de  los  conceptos  que  ya  hemos venido señalando a lo largo de los anteriores epígrafes.

El deportista da enorme importancia a la valoración de su ejecución o realización deportiva. Esta valoración proviene tanto de su propia capacidad de reflexión, análisis y juicio, como (en mayor medida en edades menores) de la proporcionada  por  el  entorno  en  el  que  la  actividad  deportiva  se  produce. Precisamente, dentro del entorno, la figura que mayor influencia ejerce sobre el deportista  en  referencia  a  la  valoración  de  su  quehacer  es  la  del  técnico deportivo.  Ya  hemos  indicado  también  que  no  hay  que  dejar  los  juicios  de valoración en manos del resultado competitivo. Así pues corresponde al técnico deportivo mantener y responsabilizarse de la función de valorar las sucesivas actuaciones y comportamiento práctico y participativo de los deportistas.

En el caso de los jóvenes (y más cuanto más jóvenes, o cuanto más alejada la práctica deportiva lo esté de ámbitos deportivos de alta competición, como el profesionalismo, la tecnificación o el Alto Rendimiento Deportivo), la valoración debe  dirigirse  preferentemente  hacia  la  actitud  del  deportista  (disposición, interés, intención, esfuerzo…) que hacia sus aptitudes (habilidades, capacidades o cualidades, nivel de dominio…). Las razones son dobles: por un lado  hay  que  ser  coherentes  con  todo  lo  descrito  en  este  capítulo  referido  al funcionamiento de los mecanismos psicológicos de motivación; y por otro lado no hay que olvidar que los objetivos de la iniciación deportiva tienen que ver con  la  captación,  formación,  educación,  apertura,  participación,  disfrute…  y demás valores sociales, claramente diferenciados de otros como la selección, rendimiento, competición…

2.8 Proceso de comunicación. Elementos, tipos y dificultades

Mediante  la  comunicación  que  se  establece  en  todo  proceso  formativo  o  de   entrenamiento, el deportista adquiere gran cantidad de información referida a cuestiones relativas al desarrollo de su habilidad motriz (deportiva), así como a otros  aspectos  colaterales  (valores,  actitudes,  conductas…).  Esta  información ha  de  servirle  en  la  toma  de  decisión  a  la  hora  de  utilizar  su  cuerpo  para  la ejecución  de  diferentes  tareas  motrices.  Sin  comunicación  no  puede  haber enseñanza. Podría haber aprendizaje (autónomo), pero este sería más pobre que  una  buena  combinación  de  aprendizaje  autónomo  y  aprendizaje  logrado por vía de la enseñanza del experto.

Sánchez  Bañuelos  (1984)24  propone  un  modelo  para  explicar  el  proceso  de   comunicación y sus elementos principales:

  Figura  15.  Pasos  en  el  proceso  inicial  de  la  comunicación  técnico-deportista       (adaptado de Sánchez Bañuelos).

Del  cuadro  anterior  podemos  destacar  algunos  elementos  importantes.  El emisor, que en nuestro caso es el técnico deportivo, el receptor (deportista), el mensaje  (la  información  caracterizada  por  su  formato  o  combinación  de formatos) y tres procesos de transmisión: elaboración y emisión del mensaje, transmisión  propiamente  dicha,  y  proceso  de  percepción  e  interpretación  del mensaje.

La problemática de la comunicación según este modelo, puede ubicarse a tres niveles:

    – Un problema técnico (precisión con la que puede transmitirse el       mensaje).

    – Problema de significado (grado en que el mensaje significa la información que se desea transmitir).

    – Problema de eficiencia (con que efectividad el mensaje recibido afecta a la conducta o acción que se desea provocar en el deportista).

Los problemas de tipo técnico se ven agudizados en la formación deportiva por varias  razones.  Por  un  lado  se  suele  practicar  en  medios  que  generan dificultades físicas de entorno (grandes distancias, viento, eco, agua, etc.). Por otro  gran  parte  de  la  información  se  transmite  durante  la  acción  deportiva, cuando la atención del deportista está centrada en la propia ejecución.

Igualmente  la  transformación  de  los  significados  en  expresiones  o  mensajes visibles  o  perceptibles,  es  especialmente  difícil  en  el  deporte  ya  que  en  la mayoría de los casos intenta traducir aspectos motrices (percepción, ejecución o decisión) a información. Por eso en ocasiones una demostración, una fijación táctil u otro tipo de técnica de comunicación puede resultar mucho más eficaz que una explicación pormenorizada.

Finalmente, la experiencia del técnico así como el conocimiento de los deportistas pueden tener mucho que ver en que el primero encuentre   precisamente  las  claves  de  información  pertinente  o  relevante  y  la  forma  de transmitirla que resulte realmente eficaz para provocar cambios positivos en las acciones de los segundos.

2.9 Técnicas de comunicación: verbal y no verbal

El técnico deportivo debe identificar, conocer y dominar un amplio repertorio de técnicas  y  habilidades  de  comunicación.  En  este  apartado  vamos  a  tratar algunas  de  ellas  que  hemos  decidido  clasificar  y  ordenar  en  cuatro  grandes grupos:

Figura  16:  clasificación  inicial  de  los  medios  de  comunicación  en  los  que  ubicaremos  las diferentes técnicas de comunicación que pudiera emplear el técnico deportivo.

Antes  de  comentar  más  detalladamente  cada  uno  de  los  grupos  hemos  de señalar  que  está  clasificación  no  implica  que  cada  técnica  o  habilidad  de   comunicación  pertenezca  a  un  solo  grupo,  ya  que,  de  hecho  cada  acción  de   comunicación puede llevar aparejadas varias habilidades combinadas o integradas,  como  por  ejemplo  verbal  a  distancia,  verbal  combinada  con  no verbal, etc.

2.9.1. COMUNICACIÓN VERBAL.

Son muchos los aspectos que podemos tratar con respecto a la comunicación  verbal, que es sin lugar a dudas, la principal manera de comunicarnos con los demás,  y  por  lo  tanto  muy  utilizada  por  parte  del  técnico  deportivo.  En  este caso hemos expandido el esquema anterior e incluido unos cuantos apartados que consideramos importantes en su ramificación.

Figura 17: aspectos y habilidades de la comunicación verbal.

Primeramente debemos aclarar que son situaciones bien diferentes tener como receptor  (o  interlocutor)  a  otra  persona  sola,  o  a  un  grupo  de  personas.  El primer caso se produce a un nivel mucho más personal (aunque sólo sea en contenido)  que  en  el  segundo.  Y  los  impactos  y  objetivos  buscados  son diferentes  en  ambos  casos,  así  que  también  varían  las  técnicas,  y  como   consecuencia de ello la habilidad del técnico. A nivel individual la mayoría de las  comunicaciones  se  producirán  con  deportistas,  aunque  también  pueden darse  entre  colegas  profesionales,  o  con  algún  familiar,  juez,  árbitro,  etc.  En  cada  caso  variará  la  situación  y  el  nivel  de  lenguaje  utilizado.  Cuando  nos toque comunicarnos ante un grupo será la mayoría de las veces ante el equipo o grupo del que somos responsables, y en alguna ocasión ante el colectivo de familiares  del  mismo.  Aconsejamos  que  en  el  caso  de  comunicaciones  no casuales a grupos, el contenido esté previamente planeado y estructurado para evitar divagaciones e improvisaciones.

Dentro  de  las  habilidades  que  conviene  dominar  y  aprender  a  controlar  en nuestro beneficio están:

      – Vocalizar correctamente cada sílaba para hacernos entender bien aún         en situaciones de sonoridad inadecuada: ruido, intemperie, etc.

    – Utilizar buena entonación en cada tipo de frase para conseguir mayor énfasis  en  nuestro  discurso  (preguntas,  exclamaciones,  afirmaciones, condicionales, etc.).

    – Ser  capaces  de  jugar  con  diferentes  niveles  de  volumen,  timbre,  etc. para  enriquecer  nuestra  capacidad  de  aportar  diferentes  matices  a nuestras frases.

    – Conseguir  una  amplia  diversidad  de  registros  (imitar  voces  e  incluso  inventarlas)  para  poder  recrear  situaciones  a  modo  de  ejemplo  y alcanzar mayor elocuencia al hablar.

    – Realizar un adecuado tratamiento del contenido de nuestros mensajes:

            O Brevedad (no aburrir ni perder tiempo innecesariamente).

            O Eficacia (luego veremos consejos).

            O Síntesis (seleccionar lo relevante).

            O Vocabulario (adecuarlo a las peculiaridades de los interlocutores).

– Poseer y desplegar, cuando sea oportuno, algunos recursos o técnicas de dramatización para dar más efecto a nuestro mensaje, captar más atención y conseguir mejor retención.

  – Adecuar todo lo anterior a los principales aspectos circunstanciales que rodean la situación comunicativa concreta en que nos encontramos:

            O Edad de los interlocutores.

            O Ajustarnos al tiempo previsto o disponible.

            O Al lugar en que nos encontramos (eco, transeúntes, privacidad, etc.).

            OT ener en cuenta la distancia (cerca, muy lejos…).

– Finalmente, por todos los medios, hay que prepararse para ser capaces de mantener mensajes o conversaciones fluidas, lo cual, para muchas personas requiere práctica y entrenamiento.

En  todo  proceso  de  interacción  entre  personas,  como  lo  es  también  el entrenamiento o la formación deportiva, para que exista una verdadera comunicación,  debemos actuar tanto en el papel de emisores como en el de receptores.  Y  si  comunicar  mensajes  requiere  cierta  competencia,  también saber escuchar, aunque a esto último habitualmente se le de poca importancia. Normalmente  son  tres  las  destrezas  de  escucha  que  conviene  poner  en práctica:

    – Escucha activa: prestar atención a las ideas principales y secundarias, asentir para reconocer, responder cuando se es preguntado, proporcionar  feed-back  y  mantenerse  atento  a  la  comunicación.  Todo ello  incluye  ingredientes  no  verbales  como  el  contacto  visual  y  otros. Puede enriquecerse insertando preguntas que favorezcan el discurso y         parafraseando  frases  claves  del  discurso  del  emisor.  Muchas  veces, todo ello requiere una preparación mental previa.

    – Escucha de apoyo: es la que manifiesta que se valora el discurso del emisor y que se está de su parte. Para ello se integran conductas de apoyo, de adaptación al discurso y de escucha verbal y no verbal.

    – Escucha  consciente:  es  aquella  que  tiene  en  cuenta  las  diferencias entre  las  personas  que  se  comunican  y  gracias  a  la  flexibilidad  y anticipación, o resolución de interrupciones o agentes distorsionadores de la comunicación, mantienen niveles eficaces de conversación.

Para  finalizar  este  apartado  recurrimos  a  las  directrices  recomendadas  por reconocidos autores de psicología deportiva (Weinberg et al25) para el envío de mensajes verbales eficaces:

    1.Ser directo.

    2.Asumir los mensajes como propios.

    3.Ser completo y específico.

    4.Ser claro y coherente. Evitar los mensajes dobles.

    5.Dar a conocer con claridad las necesidades y los sentimientos.

    6.Separar los hechos de las opiniones.

    7.Centrarse en una cosa cada vez.

    8.Lanzar los mensajes de forma inmediata.

    9.Asegurarse de que el mensaje no contiene significados equivocados.

  10. Mantener una actitud de apoyo (sin amenazas, sarcasmo…).

  11. Ser coherente con los mensajes no verbales.

  12. Reforzar mediante la repetición.

  13. Hacer que el mensaje sea el adecuado para el marco de referencia del

      receptor.

  14. Generar  feed-back  para  saber  si  el  mensaje  ha  sido  interpretado         correctamente.

2.9.2. COMUNICACIÓN NO VERBAL.

Es aquella que aún produciéndose ante otras personas, no utiliza el lenguaje convencional (verbalizado) para transmitir información, estados de ánimo, etc. Hemos incluido algunos componentes típicos de esta modalidad de   comunicación tan habitual e importante.

Figura 18: algunos aspectos importantes que aparecen en la comunicación no verbal entre las

personas.

Antes  de  empezar  a  analizarlos  debemos  recordar  que,  por  regla  general,  la   comunicación no verbal acompaña siempre a la verbal, resulta casi imposible separarlas cuando nos comunicamos.

      “En el proceso comunicativo entran en juego tantos los factores verbales como los no       verbales.  Es  a  través  de  la  interacción  de  ambos  como  se  puede  emitir  y  recibir  los       mensajes  que  crean  un  espacio  de  comprensión  común  entre  los  interlocutores  […]       Mientras que el lenguaje verbal transmite mejor contenidos intelectuales y abstractos y se ocupa de la información, el lenguaje gestual se ocupa de comunicar emociones. De aquí que no se puedan reemplazar el uno por el otro en muchos aspectos. Necesitamos los  dos.  Es  más,  se  nos  ofrecen  como  complementarios,  y  esto  es  especialmente verdadero en el caso de la comunicación interpersonal”.

      “De  ordinario,  la  comunicación  se  objetiva  en  la  palabra  y  no  se  puede  entrar  en       comunicación a no ser verbalmente. Ahora bien, existe toda una parte de sensibilidad que pasa muy difícilmente a través de la palabra […] Todo transcurre en el nivel de la  afectividad, el nivel de base. Hoy en día, la palabra no constituye apenas un medio para transmitir la afectividad. Las palabras están en su mayoría ya delimitadas, fijadas. Falta lo real, y lo real está unido a lo afectivo. Hay que desarrollar los modos de comunicación sin palabras, a condición de que no les pase lo mismo que al lenguaje habitual, como en un  cierto  teatro  o  ciertas  formas  de  mimo.  No  conviene  calcar  las  acciones,  ya estipuladas que se describen.

    En la expresión corporal, la comunicación es autónoma. Tiene en sí misma su fuente”.

Vamos  aquí  a  considerar  expresión  corporal  el  conjunto  de  posibilidades expresivas que nos aporta el cuerpo (en movimiento o estático) por sí mismo, sin  necesidad  de  recurrir  a  la  palabra  como  complemento.  Las  posibilidades son  amplísimas  y  algunas  muy  eficaces.  En  este  caso  vamos  a  repasar algunas de ellas.

    -Mímica. En realidad es todo un campo técnico que aúna al resto de las demás posibilidades. Lo que suele tratar de hacer es intentar comunicar grandes cantidades de información concreta e incluso emocional sin la utilización  de  la  palabra.  En  la  vida  cotidiana  se  utiliza  en  situaciones muy  concretas  y  breves,  pero  su  práctica  como  modalidad  expresiva-      artística  favorece  mucho  el  desarrollo  de  las  habilidades  expresivas.  Y más aún para la comunicación de patrones de movimiento deportivo.

    – Gestos. Ya sean de la cara, de las manos o de todo el cuerpo expresan emociones  o  conceptos,  abstractos  o  concretos,  con  bastante  claridad en función del emisor de los mismos. De hecho hay gestos universalmente reconocidos, otros válidos para una cultura determinada  y muchos creados o utilizados por el propio emisor. En una comunicación presencial a cierta distancia o sin posibilidad de utilizar la voz,  los  gestos  pueden  ayudarnos  a  emitir  mensajes  importantes  en  momentos deportivos clave.

 – Movimiento. El movimiento es una sucesión de posturas y gestos pero engarzados de manera fluida en el tiempo, se trata de una especie de  discurso gestual. Se diferencia de la mímica sobre todo en que da mayor importancia  a  las  secuencias  rítmicas  y  a  que  puede  concentrarse  en aspectos  globales  o  parciales  de  aquello  a  lo  que  se  refiere.  Mientras       que el mimo casi quiere representar una copia exacta de la realidad, el movimiento  más  bien  refuerza,  exagera  o  distorsiona  la  realidad  en función de lo que quiere comunicar.

   – Utilización  del  espacio.  El  espacio  puede  ser  clasificado  en  varias dimensiones relacionadas con la comunicación: privado-público, íntimo, personal, cercano, de seguridad, abierto, cerrado, propio, compartido… y  todo  ello  no  depende  sólo  de  la  distancia,  también  de  su  uso,  de  la colocación y orientación del cuerpo, de la distribución de las personas,  etc.

Pero  como  ya  hemos  señalado  antes,  la  expresión  generada  por  el  cuerpo puede (y suele) también ser utilizada para acompañar, complementar y reforzar el  mensaje  verbal  emitido.  Los  componentes  son  prácticamente  los  mismos que  en  la  expresión  corporal,  aunque  en  este  caso  su  función  es  diferente  y está supeditada al mensaje verbal.

    – Aspecto físico. Es el primer canal comunicativo que utilizamos y con él ya  estamos  aportando  mucha  información.  En  él  incluimos  tanto  el aspecto  corporal  como  el  atuendo.  Da  información  privilegiada  sobre nosotros  mismos  y  sobre  nuestra  actitud.  Puede  llegar  a  confundir provocando ciertos prejuicios,  pero por regla general la gente lo utiliza mucho como fuente de información preliminar o complementaria sobre lo que decimos (nos puede dar o quitar veracidad, acercarnos o alejarnos a nuestros interlocutores, etc.).

    -Postura. Es un constante emisor de mensajes de adaptación o complementariedad  a  nuestro  mensaje  verbal.  Por  si  misma  puede desmentirlo todo o reforzarlo. También muestra nuestra actitud, sentimientos y valoración respecto a quienes tenemos delante.

    -Gestos. Son los complementos del lenguaje con los que constantemente aderezamos  nuestro  mensaje  verbal,  por  lo  cual  tienen  un  potencial definitivo para potenciarlo o reducirlo a la nada. Se fundamentan en la  expresión  facial  y  de  las  manos,  pueden  incluir  gestos  simbólicos  de reconocimiento generalizado.

    -Movimientos. Ocurre lo mismo que con los gestos aunque en este caso nos  referimos  a  movimientos  más  generalizados  por  todo  el  cuerpo. Resultan básicos para las descripciones y explicaciones técnicas deportivas.

Vamos ahora a referirnos a lo que habitualmente se denomina “contacto” y que se refiere más a lo que podríamos llamar contacto comunicativo (contactar, red de contactos, etc.) que contacto puramente físico. Por contacto queremos dar a entender algo así como conexión, una especie de estado de comunicación en el cual los dos extremos (emisor y receptor) están conectados entre sí. Los dos momentos clave del contacto son establecer el contacto y mantenerlo. Establecer el contacto implica llamar la atención del receptor con las técnicas necesarias  para  captar  su  atención,  para  atraerlo  hacia  nuestro  mensaje  y nuestro  proceso  de  comunicación.  Se  trata  de  una  fase  relativamente  corta, pero  suficientemente  impactante  o  atractiva,  como  para  despertar  su  interés por nosotros. Mantener el contacto requiere otro tipo de habilidades que han de procurar favorecer un ritmo fluido, ágil y suficientemente interesante o atractivo de  comunicación,  para  evitar  que  los  receptores  “desconecten”.  Se  trata,   habitualmente, de un “momento” más largo que el establecimiento de contacto. Ambas fases se pueden apoyar en varios ámbitos de contacto no verbal:

    – Contacto visual. Es fundamental y requiere mirar a los ojos del o de los interlocutores. Dando ciertos descansos a esta mirada cuando es una sola persona y repartiéndola entre todos cuando son varios. El contacto visual es uno de los contactos más importantes cuando nos comunicamos presencialmente con alguien y asegura, casi siempre, su atención. Aunque podemos encontrar interlocutores que lo rehúyan.

    – Contacto táctil. No siempre es adecuado, pero puede ser un poderoso aliado para el establecimiento y mantenimiento del contacto en determinadas situaciones de confianza personal o cohesión de grupo. Debe  medirse  bien  y  sólo  utilizarse  en  momentos  clave,  además  de  tratar  de  identificar  si  el  receptor  lo  encaja  bien  o  no.  El  exceso  de         contacto táctil puede tener consecuencias negativas, por ello su administración  es  especialmente  delicada,  aunque  hay  momentos  en los cuales resulta especialmente significativo (palmadas, abrazos,  contacto en el hombro o brazo, etc.).

    – Contacto  espacial.  Se  trata  de  un  posicionamiento  concreto  en  cada espacio (una tarima, un círculo, cierta cercanía o distanciamiento, una posición en la cancha, campo, fila, grupo, etc.). La utilización correcta del espacio físico establece sin duda significados para la comunicación y la puede facilitar o dificultar. La experiencia puede ayudarnos mucho  en  esto,  siempre  y  cuando  probemos  cosas  y  nos  fijemos  en  sus  resultados comunicativos.

2.9.3. COMUNICACIÓN A DISTANCIA.

Por  este  tipo  de  comunicación  entendemos  aquella  en  la  que  no  estamos presentes  con  la  persona  o  personas  con  las  que  queremos  (generalmente) hablar.  Aquí,  salvo  en  algunos  casos  concretos,  la  comunicación  no  verbal interviene  muy  poco  o  nada.  La  llevamos  a  cabo  normalmente  a  través  de medios  auxiliares,  generalmente  apoyados  en  diferentes  tipos  de  tecnologías de la comunicación.

Figura 19: diferentes posibilidades actuales de comunicación “a distancia”.

Entre los medios más comunes encontramos algunos basados en el lenguaje verbal  oral  (teléfono,  radio  y  video  conferencia)  y  otros  fundamentados  en  el lenguaje escrito (los demás indicados). Repasemos algunas peculiaridades de cada uno:

    a. Teléfono  (móvil  o  fijo).  Requiere  los  mismos  consejos  que  para  el lenguaje  verbal  pero  extremados  en  cuanto  a  la  dicción  y  expresión verbal  ya  que  el  tiempo  cuesta  dinero,  no  hay  apoyo  no  verbal  al  mensaje y en ocasiones el sonido se ve dificultado.

    b .Radio (o intercomunicadores portátiles). Es un medio que requiere cierto         entrenamiento previo ya que por lo general obliga a respetar momentos de emisión y recepción y un código básico de intercambio de roles. Sin embargo para algunos deportes es imprescindible para poder mantener contacto  durante  las  ejecuciones  de  entrenamiento  o  competición.  Los mensajes han de ser muy claros y concisos.

    c. SMS.  Es  lenguaje  escrito  de  tamaño  muy  reducido  utilizable  para situaciones  muy  concretas  (avisos  individuales  o  colectivos,  refuerzos afectivos  a  distancia,  etc.).  No  conviene  abusar  de  él  porque  pierde efectividad. Puede ser instantáneo o diferido, no lo sabemos al emitirlo, pero hoy en día se ha convertido en un sistema muy efectivo fuera de       los momentos presenciales de entrenamiento.

    d. Correo electrónico. Tiene la ventaja de poder aportar mucha información escrita  o  adjunta.  Es  en  diferido  (el  receptor  lo  recibe  cuando  él  se        conecta), pero ideal para aportar mucha información de forma individual  o grupal. Se utiliza mucho ya en los equipos.

    e. Chat. Es mensajería instantánea, con lo cual no tiene relevancia para el envío  de  información  que  pretenda  guardarse  o  sea  en  gran  cantidad.  Requiere  que  las  personas  estén  conectadas  simultáneamente  y  que tengan  un  verdadero  tema  común  deportivo  de  interés  sobre  el  que hablar,  sino,  se  convierte  en  una  pérdida  de  tiempo  y  el  valor  de  lo comunicado se devalúa ostensiblemente.

    f. Foro. Es un sistema abierto de opinión útil para grupos sociales adheridos  a  un  tema  (club,  colectivo  de  entrenadores,  etc.).  Para  un equipo  no  tiene  mucho  sentido  porque  podría  acabar  generando  una especie  de  dinámica  asamblearia  normalmente  contraindicada  para  la marcha de los grupos deportivos.

    g. Blog. Puede ser una herramienta muy útil para que un técnico desarrolle un canal informativo muy variado y activo con su grupo de deportistas. Es un sistema muy versátil que permite incrustar todo tipo de archivos. Puede  aportar  feed-back  deportivo  específico  muy  rápida  y  fácilmente. En cualquier caso se trata por lo general de una herramienta         preferentemente unidireccional en la comunicación: técnico hacia  deportistas.

    h. Página web. Puede aportar lo mismo que el blog aunque tiene mayores  posibilidades  y  un  mayor  empaque  institucional,  por  lo  que  suele  ser recomendable más para entidades que para técnicos individuales. Requiere  además  algo  de  gasto  económico  (registro,  servidor…)  y  mayor nivel de conocimientos informáticos.

    i. Red  social.  Es  una  herramienta  de  interactividad  total  que  puede  ser muy  útil  para  grupos  deportivos  en  los  que  la  vida  social  del  colectivo sea  importante  y  activa.  De  utilizarla,  recomendamos  que  sea  una creada ex profeso para el grupo y de uso exclusivo de sus miembros.  Pueden  ser  ideales  para  aglutinar  y  dinamizar  grupos  deportivos  de       adultos.

    j. Video conferencia. Es una herramienta de comunicación verbal y visual a  través  del  ordenador.  Permite  este  tipo  de  comunicación  de  forma gratuita por todo el mundo. Requiere adaptación, ya que la conexión va por lotes de información y plantea retardos (tipo radio comunicación). Se utiliza en la élite deportiva cuando entrenador y deportista están         separados por cientos o miles de kilómetros.

    k. Plataformas. Son herramientas on-line que pueden tener diseños específicos  para  cada  modalidad  deportiva  y  añaden  herramientas  de control del entrenamiento, feed-back o análisis deportivo, al software de videoconferencia;  de forma que entrenador y deportista pueden compartir escritorio en la distancia y trabajar con esas herramientas.

2.9.4. COMUNICACIÓN DOCUMENTAL.

Es la que transmitimos o recibimos a través de documentos escritos o gráficos. Se  utiliza  muy  habitualmente  para  difundir  información  organizativa  y  para recabar datos de gestión u otra índole entre los deportistas. Hoy en día se ha podido perfeccionar mucho gracias a los procesadores de textos.

Figura 20: algunos ejemplos comunes de comunicación documental en el ámbito deportivo.

Como  ejemplos  de  documentos  que  hoy  en  día  puede  tener  que  escribir  un técnico deportivo hemos indicado los siguientes:

               – Circulares informativas para los deportistas o sus familias.

                – Manuales  de  entrenamiento  o  instrucciones  para  los  periodos  de transición, alimentación, etc.

               – Pósters  y  carteles  que  fijemos  en  los  espacios  habilitados  de  las instalaciones deportivas que utilizamos.

               – Plantillas  o  fichas  que  necesitemos  para  la  toma  de  datos  de  los         entrenamientos, test o competiciones.

            – Formularios para recabar datos de nuestros deportistas.

               – Hojas de datos para recopilar diferentes tipos de información.

               – Cartas personales dirigidas a deportistas, familias, directivos,  patrocinadores, instituciones, etc.

2.10 Valoración comunicativa del contexto: elementos facilitadores y obstáculos e inhibidores en el proceso de comunicación

De todo lo mencionado en los apartados anteriores podemos deducir (y así lo hemos  mencionado  ya)  que  las  circunstancias  del  contexto  guardan  relación directa  con  la  problemática  de  la  comunicación  (los  tres  niveles  inicialmente expuestos) y por ello con los recursos comunicativos que debemos desplegar para adecuar el mensaje a tales circunstancias.

Cuando nos referimos a contexto hay que establecer diferentes concepciones del concepto de contexto:

    – Contexto  desde  el  punto  de  vista  físico.  ¿campo  abierto,  bosque,       pabellón vacio con eco, pabellón con grada rebosante de gente, campo       de regatas…? Su influencia va a tener mucho que ver con la técnica de         comunicación a emplear: cantidad de comunicación no verbal, volumen de la voz, utilización de aparatos de comunicación o amplificación, etc.

    – Contexto  desde  el  punto  de  vista  social  y  didáctico.  A  qué  grupo  o personas nos dirigimos: edad, nivel deportivo, tipo de dedicación (iniciación,  ocio,  competición,  profesionalismo…),  experiencia  previa, interés,  origen  socio-económico-cultural..  etc.  Esto  influye  directamente  sobre la construcción de los mensajes de comunicación verbal (también       sobre la no verbal), sobre las técnicas expresivas y sobre los contenidos propios de la información.

    – Contexto desde el punto de vista emocional y/o afectivo. Nos referimos al estado relacional del equipo o del deportista, a la situación emocional de la competición o del momento de práctica deportiva (factores como conflicto, alegría, miedo, derrota, remontada…), son variables que deben ser  manejadas  o  gestionadas  con  delicadeza  e  inteligencia  emocional por  el  técnico  deportivo  y  requieren  adaptaciones  en  la  información  a nivel de técnica de transmisión y el contenido de la misma.

2.11 Disposición del espacio y el alumnado para la mejora de la comunicación en la sesión deportiva

Si bien ya hemos comentado algo al respecto de esto, vamos a recalcar alguna cuestión más. La disposición del espacio y de los deportistas dentro del mismo son  aspectos  fundamentales  para  la  mejora  de  la  comunicación  deportiva. Lamentablemente no podemos establecer recetas en este aspecto ya que cada modalidad  deportiva  plantea  unas  peculiaridades  tan  particulares,  que  esto genera una enorme diversidad de situaciones y soluciones óptimas diferentes. Pensemos  en  situaciones  como  pabellones  deportivos,  cuevas,  campos  de regatas,  paredes  de  escalada,  descensos  por  la  nieve,  piscinas,  etc.  Cada modalidad sugiere diferentes organizaciones espaciales específicas que además  deberían  variar  en  función  del  momento  de  práctica  (por  ejemplo  en esquí  en  momento  de  descenso,  remonte,  colas…).  Cada  situación  requiere diferente organización.

Podríamos  estar  tentados  de  proponer  algunas  claves  genéricas,  pero  no  lo vamos a hacer por miedo a equivocarnos, tal y como mostramos en el siguiente ejemplo:  el  sentido  común  nos  dice  que,  por  ejemplo,  en  deporte  de  equipo, cuando se ha de dar una información grupal, lo mejor sería colocar al grupo en círculo para que todos tuvieran contacto visual con el entrenador. Sin embargo esto no siempre es así, ni mucho menos. Muchos mensajes grupales eficaces sobre el equipo se han de realizar mientras el equipo está actuando, pues han de ir ligados a la acción, al ritmo de la misma, al estado emocional instantáneo, etc. En otras ocasiones buscar un contacto visual cercano de equipo supones quedarse parado bajo la lluvia, con frío y con viento.

En  definitiva,  el  espacio  y  la  disposición  de  las  personas  son  aspectos fundamentales, pero su manejo es muy variable según las circunstancias. La propia cultura del entrenamiento de cada modalidad nos puede dar pistas sobre algunos recursos comunicativos a utilizar (cuidado con las rutinas tradicionales contraproducentes). Si a eso añadimos una buena reflexión técnica previa que estudie cuándo y cómo puedo comunicarme mejor con los deportistas en los diferentes momentos de la práctica deportiva de mi modalidad, entonces podré haber optimizado mucho la comunicación.

2.12 Información inicial y retroalimentación (feedback) en la sesión deportiva

La  información  inicial  (o  de  referencia)  es  aquella  que  se  da  al  principio  al deportista a modo de instrucción básica ante una propuesta de tarea. Con ella el deportista se construye un esquema mental de acción que va a constituir su referencia para las primeras fases de la nueva ejecución solicitada. La información inicial debe reunir suficiente información como para facilitar que se generen respuestas apropiadas, aunque no debe pecar de exceso de información, lo cual saturaría las posibilidades de asimilación entorpeciendo la ejecución. Puede incluir explicaciones, descripciones, demostraciónes y/o pistas clave.

El feed-back (retroalimentación) constituye una herramienta de trabajo fundamental es. El feed-back es la información que el sujeto recibe sobre los efectos de su conducta o acción. Podríamos afirmar que tiene por ello al menos dos vertientes: una didáctica y otra psicológica. La vertiente psicológica ayuda, mediante los comentarios y reacciones de las personas que rodean al deportista (sobre todo su entrenador) a que el individuo vaya desarrollando su   comportamiento personal social, además de ayudarlo a conocerse mejor.

La vertiente didáctica tiene que ver con el aprendizaje. El feed-back proporciona  la  información  necesaria  para  que  el  deportista  sepa  cómo  ha realizado  las  acciones  de  aprendizaje,  entrenamiento  o  competición.  El  feed-back puede provenir de diversas fuentes:

      o Mensajes del entrenador.

      o Autopercepción de la acción por parte del deportista.

      o De la propia continuación de la acción deportiva.

      o Filmaciones.

      o Comentarios de otras personas.

      o Marcas, puntos, valoraciones, arbitraje…

Por lo general el feed-back desde un punto de vista didáctico se divide en dos tipos fundamentales:

    – Conocimiento de los resultados. Es decir qué efecto, resultado o consecuencia ha tenido la acción realizada (fue gol o no, salté mucho o poco, fui suficientemente rápido, etc.). En ocasiones esto es fácil de ver (una canasta que entra), sin embargo en otras no tanto (cuando no hay una medición o valoración objetiva o terminal de una acción concreta).

    – Conocimiento de la ejecución. O lo qué es lo mismo, si lo realizado ha estado ejecutado correctamente o no, independientemente del resultado obtenido  (la  canasta  entró  por  casualidad  pese  al  horrible  lanzamiento sin  mirar  siquiera…).  Este  feed-back  suele  ser  mucho  más  difícil  de obtener por parte del propio deportista que en muchos casos necesitará       un experto que le observe, grabaciones, espejo u otros medios de tipo  tecnológico. También  podemos  y  debemos  tener  en  cuenta  en  qué  plazo  se  produce  el feed-back con respecto al acto motor. En este sentido puede ser:

    – Durante la ejecución: cuando el deportista lo puede ir obteniendo mientras  ejecuta  (es  muy  habitual  en  las  ejecuciones  cíclicas  como correr, remar, nadar, etc.). Si no desconcentra al deportista, este momento es ideal para facilitar correcciones.

    – Inmediatamente finalizada la ejecución (de nuevo el ejemplo de       la  canasta  que  entra). Es  necesario  que  haya  muchas  oportunidades  para procurar al deportista feed-back inmediato para evitar que insista en ejecuciones erróneas, que pueda llegar a automatizar antes de recibir el primer  feed-back,  que  le  haga  ver  que  lo  estaba  haciendo  de  forma       errónea.

    – Feed-back retardado. En ocasiones no es posible obtenerlo antes, o puede  ser  conveniente  que  se  produzca  como  consecuencia  de  un proceso reflexivo o de análisis compartido.

La  información  inicial  facilita  el  aprendizaje  ahorrando  esfuerzos  “ciegos”  o errores iniciales, lo dirige (si queremos que ambas cosas ocurran… ya que en ocasiones  podemos  pretender  que  descubran  soluciones  sin  dar  pistas  o pautas previas).

La retroalimentación (feed-back) es un elemento absolutamente imprescindible para cualquier aprendizaje. Sin retroalimentación (aunque esta sea propia y/o del entorno) no hay aprendizaje posible.

2.13 Habilidades comunicativas, personales y sociales en las relaciones interpersonales

Ha quedado claro que las habilidades comunicativas son un recurso   indispensable para el técnico deportivo. Estas además han de ir vinculadas a las habilidades personales (no estrictamente técnico-deportivas) y a las sociales. Estamos quizá hablando de forma integral de un conjunto de capacidades que podrían englobarse en un concepto aglutinador   que pudiera llamarse habilidades relacionales, que incluiría las comunicativas, personales y sociales aplicadas a las relaciones personales que el técnico deportivo ha de mantener a causa de su desempeño (con los deportistas, padres,   colaboradores, directivos…). He aquí el esquema de las principales habilidades de actuación a través de las cuales se manifiestan las relaciones  mantenidas por el técnico deportivo:

Figura 21: posibles vías a través de las cuales el técnico deportivo puede estar transmitiendo

valores a sus pupilos.

2.13.1. LA CONDUCTA.

La  conducta  es  una  actuación  constante  de  la  persona  y  por  tanto,  un permanente  flujo  de  influencia  sobre  los  demás.  Cuando  además  la  persona que manifiesta su conducta ostenta una posición de liderazgo o preponderancia sobre  los  demás,  por  cualquier  razón  de  estatus  o  de  simple  organización  o edad, dicha conducta se convierte generalmente, en más observada y observable, y por ello, más influyente. Ese es el caso del técnico deportivo ante sus deportistas. La cuestión es que la persona no puede elegir o seleccionar qué es aquello de su conducta que va a ser observado, captado o asimilado por parte de los demás, y en muchos casos no es lo que él o ella pretenden resaltar  lo  que  más  influencia  genera,  sino  precisamente  aquello  que  puede mostrar de forma inconsciente o involuntaria. Es lo que llamamos   manifestaciones  formales  y  conscientes  por  un  lado,  y  ocultas  (currículum oculto en educación) por el otro. Esto es algo difícil de llegar a dominar, pero   precisamente por ello, imprescindible de conocer para un técnico deportivo, y que debe ser tenido en cuenta constantemente, pues se trata de un fenómeno clave en la transmisión de valores.

2.13.2. EL MODELO.

A  lo  largo  de  diferentes  edades  (en  unas  más  que  en  otras),  gran  parte  del aprendizaje  ocurre  por  medio  de  un  mecanismo  de  reproducción  de  los modelos que el técnico deportivo representa o manifiesta ante sus deportistas.  Es  lo  que  algunos  denominan  aprendizaje  vicario.  Es  por  ello  que  el  técnico deberá cuidar mucho el modelo de persona que está representando ante sus discípulos, especialmente en todo aquello que puede tener que ver la transmisión de valores. Precisamente de esto proviene la clásica sentencia de “predica  con  el  ejemplo”  u  otras  muchas  frases  populares  que  vienen  a expresar la necesidad de tener que representar nosotros mismos el modelo de   comportamiento que queremos exigir o inculcar a los demás.

2.13.3. LA ACTITUD.

Podemos considerar la actitud como la tendencia o la predisposición de nuestro humor  o  estado  emocional  ante  una  determinada  situación  (tarea,  deber, encuentro  interpersonal…).  En  este  sentido,  también  podemos  afirmar  que  la actitud se llega a manifestar, es decir, incluye un componente de ejecución (de comportamiento)  y  otro  de  representación  (de  dramatización  o  manifestación de emociones ante lo que la provoca). La actitud es pues algo que se puede percibir  con  más  o  menos  intensidad  por  parte  de  los  demás,  en  función  de nuestra mayor o menor sutileza en su manifestación. La actitud puede corresponder  a  un  estilo  personal  más  o  menos  habitual  (estaría  relacionada con nuestros rasgos de personalidad) o responder directamente a   determinados  acontecimientos  puntuales,  que  generan  los  correspondientes cambios de actitud. Por lo general la actitud ante los acontecimientos, situaciones,  personas,  hechos,  etc.  es  un  potente  canal  de  transmisión  y relación,  ya  que  viene  a  mostrar  el  verdadero  efecto  emocional  que  cada agente externo tiene en la persona del técnico deportivo.

2.13.4. LA EXPRESIÓN.

La expresión manifiesta las opiniones, transmite los contenidos, forma parte de la  actitud,  de  la  conducta  y  de  la  representación  de  un  modelo.  Es  pues  un medio  de  comunicación  observable  y  manifiesto,  que  transmite  información directa o indirectamente al resto de las personas que nos rodean. La expresión verbal  suele  ser  el  medio  de  comunicación  que  mayor  contenido  puede transmitir  y  que  normalmente,  se  utiliza  de  forma  más  consciente.  Tanto  el contenido  de  los  mensajes,  como  el  vocabulario  utilizado,  la  entonación,  etc. son elementos que dan carácter, sentido y significado a los mensajes emitidos. Pero además existe toda una gama de posibilidades comunicativas no verbales que incluyen los gestos, los símbolos manuales o corporales, el lenguaje y la expresión corporal, los movimientos, la expresión de la cara, etc. Todos estos recursos  pueden  reforzar  o  quitar  fuerza  a  los  mensajes  verbales,  pueden desmentir lo verbalizado, manifestar directamente actitudes, etc.

2.13.5. LA MANERA DE RELACIONARSE.

El modo de proceder a la hora de relacionarse con los demás (miembros del grupo u otras personas, pero en presencia del grupo) marca poderosamente la transmisión de valores sociales en el deporte. Además, a la hora de   relacionarnos con una persona concreta estamos transmitiéndola directamente una  serie  de  valores  personales  y  reforzando,  positiva  o  negativamente,  su propia presencia o forma de ser. Algunos componentes importantes dentro de  la  forma  de  relacionarnos  con  los  demás  son  las  normas  de  educación (corrección);  cuyos  grados  y  protocolos  varían  mucho  en  función  del  entorno afectivo, social y cultural en el que nos movemos en cada situación. En este sentido es importante controlar no sólo las normas básicas de educación, sino también  ser  capaces  de  distinguir  los  ambientes,  para  ajustar  el  nivel  y  la selección de utilización de las mismas. Esto además de tener un efecto sobre la transmisión de valores es un valor en sí mismo, que debe ser inculcado y enseñado.

El  trato  a  las  personas  es  un  constante  canal  de  transmisión  y  relación,  es probablemente el aspecto que más puede afectar al fenómeno formativo de las relaciones  técnicos-deportistas.  La  mayoría  de  las  peculiaridades  de  nuestra forma de ser pueden ser identificadas (y por lo tanto detectadas, observadas e interpretadas por los demás) en el trato que damos a las personas con las que nos relacionamos (poco o mucho).

Para ello entran en juego nuestras habilidades sociales (recursos y competencias que tenemos para establecer y mantener relaciones interpersonales). Las habilidades sociales no son un valor en sí mismo (pese a ser muy valiosas) sino un bagaje de técnicas y conocimientos procedimentales y actitudinales que debemos enseñar. El técnico deportivo no es, desde luego,

el único responsable en hacerlo, pero si un educador más que debe participar de este proceso. Por otro lado, las habilidades sociales deben ser un contenido permanente  de  formación  del  propio  técnico,  ya  que  solo  a  través  de  las mismas, será capaz de dominar la transmisión de valores, conocimientos, etc.

La empatía es la capacidad de ponerse mental y emocionalmente en lugar del otro, es decir, de poder imaginar lo que piensa y lo que siente, las dificultades que encuentra, lo que observa, en lo que se fija, lo que es importante para él, lo que le interesa, etc. Tener empatía es algo importante a la hora de trabajar con personas que dependen de nosotros para su desarrollo, aprendizaje y rendimiento.  Además,  con  empatía  suficiente  podremos  ser  capaces  de  ir   comprobando  paulatinamente  qué  valores  se  van  generando  o  desarrollando entre nuestros deportistas, de forma que podamos rectificar o reafirmar nuestro modelo de transmisión de los mismos.

Para ahondar (aquella persona que le interese especialmente) en este tema de la forma de relacionarse con los demás, existen infinidad de títulos y referencias bibliográficas. Por poner un ejemplo que ha estado muy difundido a escala mundial en años recientes citaremos a Goleman (200029 y 199930), y su Teoría  de  la  Inteligencia  Emocional,  la  cual  ha  influido  poderosamente  sobre campos tan variados como la educación, el deporte, las empresas, etc.

2.13.6. NIVEL DE EXIGENCIA.

Un  ejemplo  de  mecanismo  o  ámbito  de  trabajo  que  incluye  muchos  de  los medios  relacionales  explicados  aquí,  es  el  establecimiento  de  cierto  nivel  de exigencia en el proceso de formación-entrenamiento deportivo, ya que incluye conductas,  modelos,  comunicación,  relaciones  personales  y  está  además relacionado con muchos de los valores acordes al hecho deportivo. Tanto es así que aquí lo vamos a considerar como un medio más dentro del abanico de posibilidades y métodos de relación por parte del técnico deportivo. La adecuación del nivel de exigencia es fundamental, y esto es algo relacionado con  algunos  fenómenos  del  aprendizaje  o  la  psicología,  como  por  ejemplo  la motivación. Dicha adecuación permitirá que la experiencia de entrenamiento y de exigencia en general se vivencie y perciba como algo positivo, necesario e importante o no, es decir que llegue a asumirse como valor o simplemente se tolere  como  costumbre,  requisito  o  parte  de  una  subcultura  deportiva.  La exigencia tiene dos niveles principales de aplicación. Uno es el que se solicita a los deportistas, en el que se les educa y forma. Mientras el otro es el que el técnico deportivo se auto-impone en su trabajo y relación con ellos (en realidad dentro de la totalidad del proceso de entrenamiento o enseñanza deportivos).

La exigencia es necesaria para el desarrollo de la condición física, la técnica y demás  componentes  del  deporte,  pero  es  además  imprescindible  para  la asunción y arraigo de muchos valores aprendidos. Por ello es tan importante la coexistencia  de estos dos niveles de aplicación:  el primero como mecanismo de  transmisión  y  consolidación,  y  el  segundo  como  complejo  de  modelado, referencia, transmisión, etc.

2.13.7. LA FORMACIÓN.

Con  la  formación  pasa  algo  similar,  actúa  a  varios  niveles.  Formar  a  los deportistas es parte vital de su proceso de avance y desarrollo como personas y  en  el  deporte;  además  revaloriza  el  proceso,  y  en  muchos  casos,  acaba consiguiendo que el propio deportista asuma la necesidad de formación como un valor en su vida. También, a ese nivel, es, en todo caso, la oportunidad de transmitir muchos de los valores a través de las situaciones de aprendizaje y transmisión  que  se  dan  en  los  procesos  de  formación.  En  cuanto  al  técnico, necesita  formación  para  mejorar  en  todos  los  campos  y  para  ser  capaz  de aprender a transmitir enseñanzas o a controlar su transmisión. Finalmente, la formación  recibida  por  el  técnico  es  un  hecho  que,  de  ser  conocido,  puede tener  un  efecto  directo  sobre  la  importancia  que  los  deportistas  den  a  la formación  como  componente  imprescindible  para  la  mejora  (tal  y  como  su propio técnico demuestra al seguirla).

Quizá podríamos buscar algún canal más de relación por parte de los técnicos deportivos, pero creemos que identificar y conocer los aquí mostrados es más que suficiente. La cuestión es más bien ser capaces de darnos cuenta de que los mismos aparecen de forma casi constante en cada momento del proceso de  entrenamiento  y  competición,  y  que  por  ello  resulta  importante  reflexionar sobre  nuestro  papel,  anticipar  conductas  ante  situaciones  potencialmente conflictivas  o  tensas,  y  desarrollar  técnicas  y  estrategias  para  mejorar  y dominar cada medio o canal de transmisión con mayor eficacia y consciencia.

2.14 Uso no sexista del lenguaje

Abordamos ahora un asunto que ha desatado mucha opinión y demagogia a lo largo de toda una década reciente en España. El tema del lenguaje no sexista, o mejor dicho, de algunas propuestas o interpretaciones políticas de ideología muy  concreta  y  ubicable  dentro  del  espectro  político  nacional  sobre  lo  que debería ser un lenguaje no sexista, ha provocado mucha discusión y debate, marcado  fundamentalmente  por  dos  tendencias:  cierto  feminismo  activista exagerado  acogido  por  los  dirigentes  políticos  de  uno  de  los  dos  partidos políticos mayoritarios, por un lado (mucha ideología y poca ciencia lingüística); y  algunos  escritores  de  prestigio  y  académicos  de  la  lengua  por  el  otro (expertos del lenguaje). En mayor o menor medida, el resto de la población nos hemos  mantenido  al  margen.  Con  esto  quiero  decir,  que  pese  a  que  pueda quedar muy bien y políticamente correcto hablar y destacar sobre la importancia  del  lenguaje  no  sexista  en  diferentes  ámbitos  de  la  vida,  el problema  radica  en  definir  y  concretar  lo  que  es  y  no  es  un  uso  sexista  del lenguaje. En lo primero hay acuerdo en que así debe ser, en lo segundo no hay acuerdo en absoluto.

Centrando  el  asunto  en  el  caso  del  deporte,  todo  lo  que  indiquemos  en  este epígrafe  ha  de  ser  considerado  como  nuestra  propia  opinión  al  respecto.   Recordemos por otro lado que este es un tema sobre el que hasta el momento sólo  hay  dos  fuentes  de  referencia:  opiniones  y  reglas  gramaticales.  Las primeras son de lo más diverso y las segundas poco han variado el lenguaje respecto a este tema.

Estamos de acuerdo en que en el ámbito deportivo (y especialmente en el de la formación e iniciación) hay que evitar en la medida de lo posible la utilización sexista del lenguaje. En lo que no estamos para nada de acuerdo es en que haya que transformar el lenguaje (y hacerlo arduo, ineficiente y nada práctico) recargándolo  con  redundancias  y  repeticiones  alejadas  de  sus  reglas  y  la realidad. Esto lo hacemos extensivo al lenguaje general, escrito y hablado; pero entendemos además, que en el caso del lenguaje deportivo práctico, el cual es por  regla  general  circunstancial,  rápido,  urgente,  simbólico,  gramaticalmente defectuoso, este juicio de valor nos parece aún más certero. Ilustrémoslo con un ejemplo:

Entrenador  dirigiendo  un  ejercicio  colectivo:  “Acordarse  de  los  movimientos ofensivos. Laterales vigilando, extremos abriendo campo. Cerrar líneas de pase al pivote. Listos… ¡va!… corta, desmarque…bien… cuidado al extremo, cerramos defensa… ¡juntos, juntos, juntos!”. “Traduzcamos” esta secuencia a hora a según qué propuestas de uso no sexista del lenguaje:

  – En un equipo masculino la secuencia quedaría como está.

  – En  un  equipo  femenino  variaría  hacia:  “Acordarse  de  los  movimientos         ofensivos. Laterales vigilando, extremos abriendo campo. Cerrar líneas       de  pase  a  la pivote.  Listas…  ¡va!…  corta,  desmarque…bien…  cuidado       con  la extremo,  cerramos  defensa…  ¡juntas,  juntas,  juntas!”.  No  hay       mayor  problema,  se  puede  hacer  perfectamente,  y  lo  que  es  más importante, por regla general todos los técnicos serían capaz de hacerlo       de forma automática (lo cual resulta imprescindible para la eficiencia de       su labor). La única duda razonable es en sí utilizar versiones femeninas de alguna palabras como delantero/a, portero/a… ya que sobre esto no       hay reglas definidas (extremo, lateral… no parecen disfrutar de       versiones femeninas; pasa igual con muchas profesiones corrientes).

  – En un equipo mixto empezamos a tener polémica:

          o Versión radical: “Acordarse de los movimientos ofensivos. Laterales vigilando, extremos y extremas abriendo campo. Cerrar líneas de pase al pivote o a la pivote. Listos y listas… ¡va!… corta, desmarque…bien…  cuidado  al  extremo  y  extrema,  cerramos   defensa…  ¡juntos  y  juntas,  juntos  y  juntas,  juntos  y  juntas!”.  En nuestra opinión una auténtica “patada” a la practicidad y  normalidad del lenguaje.

          o Versión normal: “Acordarse de los movimientos ofensivos. Laterales  vigilando,  extremos  abriendo  campo.  Cerrar  líneas  de pase a pivote. Listos… ¡va!… corta, desmarque…bien… cuidado al extremo, cerramos defensa… ¡juntos, juntos, juntos!”

Somos conscientes de que nuestro punto de vista va a provocar descontento a algunos lectores. No nos preocupa, ya lo habrá hecho antes ya que el texto al completo  está  escrito  en  estos  términos,  los  de  considerar  al  colectivo  mixto (compuesto  de  miembros  masculinos  y  femeninos)  con  los  genéricos…  el técnico deportivo, el joven deportista o los jóvenes deportistas. No es falta de delicadeza  o  sensibilidad  con  el  tema,  por  ejemplo  cuando  hablamos  de alumnos  (chicas  y  chicos)  estamos  habituados  a  referirnos  a  ellos  como alumnado, pero no siempre hay recursos para soluciones así, y definitivamente estamos en contra de absurdas repeticiones. Dicho esto, llegamos al verdadero meollo de la cuestión. Lo grave, lo significativo, lo influyente del lenguaje deportivo, en lo que se refiere al sexismo y a la permanencia en la transmisión de valores culturales machistas, no está realmente en la cuantificación del número de palabras con terminación masculina, femenina o neutra. Lo grave, lo dañino está en el simbolismo que se nutre  con  los  mensajes,  las  parodias,  las  insinuaciones,  las  comparaciones, etc.  Y  de  eso,  el  deporte  tiene  mucho,  y  bastante  difícil  de  erradicar.  Y  es   precisamente  ahí donde hay que actuar.  Nos referimos al permanente  barniz de  masculinidad  que  se  da  a  algunas  cualidades  o  actitudes  supuestamente positivas  para  el  rendimiento  (cojones,  macho,  hombres,  huevos,  etc.),  en

oposición al peyorativo uso de conceptos femeninos para conductas o actitudes reprobables (nenazas, maricones, es que tienes la regla o qué…). Esto es algo constante y permanente en los escenarios deportivos populares, pero no sólo a nivel de léxico o expresiones, sino también en entonaciones, acompañamiento no verbal, etc. Ahí es donde hay que hacer un verdadero esfuerzo por trabajar, educar y transmitir un lenguaje no sexista, sin fisuras insinuantes, sin   adjudicaciones simbólicas sexistas, etc. Y exige un esfuerzo, porque la historia del deporte ha estado casi más tiempo ligada a las diferencias de género bajo una óptica machista, que el que lo ha estado bajo una óptica igualitaria, y esto es algo aferrado a la cultura popular y difícil de corregir. Sin embargo, parte de nuestro deber y responsabilidad como técnicos deportivos.

Finalmente un consejo para la dirección de grupos: si tu equipo o grupo está formado enteramente por chicas y tu eres hombre (o por chicos y eres mujer), cuando te refieras al colectivo incluyéndote, utiliza el género del equipo (vamos todas… para la cena cada una tenemos que poner x €…).