Cueva del Molino

Bien venido a nuestra ruta Los Caminos Secretos del Agua. A través de estas balizas podrás seguir esta ruta y te mostraremos una serie de puntos singulares de nuestra geología kárstica.

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El río Comellante viene de Seldesuto y es alimentado por la red de drenaje del Sistema la Vega. Al llegar al pie del monte El Naso su sume bajo él a través de la Cueva del Molino (Cueva del Agua) para reaparecer de nuevo en la Cuevona, continuar su discurrir por el poljé de Matienzo hasta el sumidero de Carcabuezo, para desde aquí volver a aparecer en Secadura (Voto) ya como el río Clarón.

El Poljé de Matienzo

Autor: Francisco Martín Bernáldez

¿QUÉ ES UN POLJE?

Un poljé (del eslavopolje: campo) es una depresión en un macizo de roca caliza karstificada de grandes dimensiones a modo de valle alargado y cerrado, y de fondo plano. Los bordes son empinados e irregulares y en ellos aflora la roca caliza. Suele estar recorrido por un riachuelo que desaparece súbitamente por un sumidero o pónor.

Este término tiene connotaciones hidrogeológicas, ya que el fondo de valle se encuentra cercano a la profundidad del nivel freático. Así, el poljé puede inundarse temporalmente (o permanentemente, transformándose en un lago) si el agua superficial rebasa la capacidad de desagüe del pónor y otras grietas y sumideros, o si se eleva el nivel de las aguas subterráneas.

El fondo llano del poljé suele estar tapizado de terra rossa, una arcilla procedente de la descalcificación de la caliza. Suelen ser valles muy fértiles al funcionar como trampas de sedimentos.

UN POCO DE HISTORIA.

Como en los cuentos “hace mucho, mucho tiempo…”, unos 125 millones de años. Tenemos que remontarnos a un paisaje muy distinto al que podemos contemplar en la actualidad. Buena parte de lo que conocemos en la actualidad como Península Ibérica estaba en su mayor parte sumergida y los fondos de los mares estaban poblados de corales y gasterópodos formando arrecifes. Entre ellos nadaban ammonites (extraños octópodos con conchas enrolladas), tiburones y dinosaurios marinos. Constituía a modo de archipiélago situado en la confluencia entre lo que hoy es la costa de Labrador, en Norteamérica (separada de ésta por un Océano Atlántico recién abierto), la costa norteafricana, y Europa, de forma que la actual línea de costa se dispondría aproximadamente paralela a la bretona, en Francia. La Península se encontraba en una situación cercana al Trópico.

Contexto geodinámico de la Península Ibérica durante el Cretácico (Gallastegui Suarez, 2000)

Este episodio, abarca desde el Albiense (Cretácico Inferior) hasta el Cenomanense (Cretácico Superior, hace unos 94 millones de años) y supone la sedimentación de un gran espesor (unos 800 metros) de calizas, en ocasiones con intercalaciones de margas negras y areniscas. Durante este periodo de tiempo se produce el alejamiento progresivo de la costa americana, la apertura del Golfo de Vizcaya, y el movimiento de África hacia el sudeste, acercándose progresivamente a la situación que ocupa hoy en día.

Este episodio se interrumpe súbitamente con un cambio en la orientación del movimiento relativo de la placa africana, que cambia hacia el norte y entra en convergencia con Europa. Entramos en la Orogenia Alpina. Este proceso de deformación de la corteza se inicia hace unos 55 ma (Paleoceno) e implica el cierre del Golfo de Vizcaya y la subducción parcial de corteza oceánica bajo la Península Ibérica. En la zona de Matienzo, los materiales mesozoicos se pliegan mediante una sucesión de suaves pliegues de orientación Este-Oeste, y la formación de fallas que compartimentan en bloques los materiales rocosos. Es durante este periodo cuando la Península Ibérica emerge en general y aparece en la situación actual.

Este proceso dura unos 25 ma, alcanzando el Oligoceno. Si bien el fenómeno orogénico no ha concluido, este periodo corresponde a la máxima deformación de la corteza. Eso no implica que el resto de fenómenos geológicos se paralicen. Se forma una cordillera de alturas similares a las actuales, pero con una divisoria de aguas algo más cerca de la línea de costa que se levanta gradualmente. La red fluvial se establece de forma similar a la actual, mediante ríos espaciados más o menos regulares drenando directamente al Cantábrico con dirección norte. El plegamiento de los materiales sedimentarios implica el afloramiento a la superficie de materiales calizos, como ocurre en el área de Matienzo.

Los ríos formados durante este periodo en el entorno de la zona son, de Este a Oeste:

  • El Calera, con su afluente el Gándara, y desembocando en la Ría de Treto.
  • El río Ventana  (o de Los Trillos) actualmente desaparecido y que tendría su cabecera entre La Sía y Los Tornos, discurriría por Entremazos, cerca de la población de Astrana y el Hoyo Masayo, cruzaría el actual valle del Asón hasta Cruz de Collado, que separa el macizo de los Montes del Infierno del Mullir, y fluiría hacia el mar a lo largo del actual valle del Río Clarín.
  • El Asón, que nacería cercano a La Sía, atravesaría el actual Puerto de Los Collados, y discurriría a lo largo de su actual valle hasta Arredondo. Mugnier (1969) supone que, a partir de este punto y en vez de realizar el brusco codo actual, atravesaría el collado de Cruz Usaño, recorriendo Matienzo hasta Fuente de Las Varas, y alcanzaría el mar a lo largo del actual valle del Río Campiezo. Esta teoría no ha sido probada, y hoy día ha sido puesta en tela de juicio. Para algunos autores, como Waltham (1981), hay tantas pruebas de que el Asón siguió una trayectoria hacia el Norte como de que pudo seguir un recorrido inverso.
  • Por último, el Río Miera, que discurriría a lo largo de su valle actual.

Estas corrientes fluviales se han designado como “antigua red hidrográfica”.

El clima reinante en estos tiempos era cálido y húmedo, propiciando la disolución de las rocas calizas, generándose relieves montañosos redondeados (mazos y relieves cónicos), y lapiaces bajo cubiertas de arcillas rojas de descalcificación (tanto los agudos lapiaces en agujas de bordes redondeados como aquellos más ralos sobre la superficie de muchos de los relieves cubiertos por argumales que los hacen difícilmente transitables).

En el caso de Matienzo, estaría recorrido por el río Comellante, que iría formando una plataforma de abrasión erosionando la cúpula del anticlinal. En este momento la altura de la superficie pre-carstica estaría unos 250 metros por encima del nivel actual (200 a 220 metros), es decir a unos 450-500 mts de altura.

Este primitivo valle estaría bordeado por una serie de crestas, cuyos restos actuales son Monte Mullir, La Muela, Piluca y Trillos. Existen algunas superficies de abrasión, unos 250 m por encima de los fondos actuales, que podrían estar relacionadas con este evento. Las rasas litorales (plataformas de abrasión marinas) más altas están situadas a +200-220 m sobre el nivel del mar actual (Moñino et al. 1987), y se han datado como finimioceno -Plioceno (es decir entre los 6 y los 2 millones de años).

Otra consecuencia es la formación de las primeras redes subterráneas, y por lo tanto, la influencia del flujo subterráneo de las aguas en la evolución morfológica de la zona.

Estas redes cársticas se localizan a cotas elevadas y aparecen totalmente desconectadas de los cursos actuales activos. Pueden aparecer, además, parcialmente desmanteladas. Ejemplos de estas primeras redes cársticas son las cuevas de Francoise y Cofiar.

LA NUEVA RED HIDROGRÁFICA.

Desde finales del Mioceno (unos 5 ma) tiene lugar la evolución morfodinámica hasta obtenerse la actual configuración de la red fluvial y la individualización del poljé de Matienzo.

Nueva Red de Drenaje

Esta tiene lugar a partir del levantamiento mediante sucesivos impulsos tectónicos de la Cordillera a favor de bloques individualizados a partir de fallas paralelas a la costa. De esta forma, al Sur de Arredondo, en los Macizos de Porracolina y Mortillano, la elevación sufrida se estima en unos 500 m, en la zona de Matienzo esta fue del orden de 200 m mientras que más al norte, en la zona de San Miguel de Aras, se estima que fue de unos 125 a 150 m.

Este levantamiento no fue uniforme en todos los casos, sino que en algunos casos, estos bloques podrían sufrir basculamientos o inclinaciones, o hundimientos relativos de unos bloques respecto los adyacentes. De esta forma, el actual valle del Río Asón funciona como fosa tectónica, mientras que los bloques correspondientes al conjunto Peña Rocías y Hornijo, por un lado, y Matienzo-Sierra del Infierno por otro, funcionan como bloque levantados.

En la zona de Matienzo, esto podría explicar que el puerto de Cruz Usaño aparezca en la actualidad a una cota más baja respecto de la que debería corresponderle.

El progresivo encajamiento de la red fluvial se realiza especialmente a favor de litologías más fáciles de erosionar (margas) y zonas de fractura. De esta forma, se excava un afluente a favor de la falla Arredondo-Ramales (río de Riba), con una estructura de sinclinal y que funcionó como bloque relativamente hundido. Este afluente, en primer lugar,  corta el valle de Ventana, y posteriormente, captura el curso medio del Río Asón a la altura de Arredondo. La consecuencia de esta captura es la individualización de Matienzo. Por otro lado, la erosión remontante del río Gándara desencadena una cascada de capturas sucesivas que llega a cortas el cauce alto del Río Asón en La Gándara.

Este encajamiento ha quedado registrado en superficie por la aparición de pequeños retazos de terrazas colgadas y superficies de erosión a diferentes alturas en las vertientes de los valles.

En las redes subterráneas desarrolladas sobre grandes masas de calizas sin o con pocas intercalaciones de margas o areniscas, se manifiesta por el desarrollo de redes horizontales a diferentes alturas (“pisos”). El caso más conocido es el de la cueva de Coventosa. En el caso de Matienzo, podríamos destacar las redes de Vallina, Riaño o el Sistema de la Vega Sur, entre otros.

EVOLUCIÓN DEL POLJE DE MATIENZO.

El desarrollo del poljé de Matienzo tiene lugar tras la captura del cauce medio del Río Asón a favor del eje anticlinal que discurre por su zona media (Valle de la Vega) y que condicionó una zona preferente de infiltración de agua, y debió registrarse ya en el pasado una pérdida de caudal en el antiguo Asón. Fernández Gutiérrez (1966) cita la formación de un campo de dolinas en Ozana y la formación de un poljé en La Secada. A esta etapa la denomina como 1 o Antigua.

Correspondientes a esta primera etapa podría interpretarse la formación de un segundo poljé en Seldesuto y del Hoyo Mortiro, inmediatamente al norte de Riba, así como el Hoyo de Llusa, al norte de Mullir.

Otras formas relacionadas con esta fase serían los campos de lapiaz de la Sierra de Sel y Cruz de Collado, así como del Hoyo Redondo, en la zona que separa la Sierra de Mullir con los Montes del Infierno.

Posteriormente, el valle se va profundizando a consecuencia de la combinación de dos procesos: el retroceso de las vertientes y el descenso del fondo por erosión tanto por carstfcación como de forma mecánica. Las laderas del valle van evolucionando en el tiempo, encajándose progresivamente en el relieve preexistente por la combinación de un impulso inicial de levantamiento tectónico y la influencia de las variaciones del nivel del mar, con la correspondiente caída del nivel de base, que los ríos fueron compensando con el tiempo mediante erosión y progresivo encajamiento, que se ve facilitada por la carstificación de los materiales calizos.

Las laderas recién generadas van sufriendo una serie de procesos mecánicos y químicos que las moldean de forma combinada, haciéndolas retroceder y perder pendiente, aproximándolas al nivel de equilibrio, y ensanchando los valles.

Por otro lado, las condiciones climáticas durante el Pleistoceno cambian radicalmente a un clima frío y húmedo. Comienzan las Glaciaciones.

Correspondientes al Pleistoceno, se citan para Europa Central cinco grandes periodos glaciares. En el entorno de la Península, estos periodos se muestran en general de forma más irregulares, con muchas variaciones en cuanto a los avances y retrocesos de los glaciares.

Durante este periodo, el nivel del mar estuvo muy por debajo del actual (más de 40 m, citándose hasta -120 m en el Mar Rojo entre 60 y 19 ka coincidiendo con el máximo glaciar, hace 20 ka).

Dado que la zona se sitúa a cotas relativamente bajas, los fenómenos glaciares no llegaron a alcanzar la zona, emplazándose en los macizos del Alto Asón (Porracolina y Colina), Mortillano, La Sía y la cabecera del Río Calera. Las tundra-estepas se extendieron al otro lado de Los Tornos. Sin embargo, la intensa acumulación nival especialmente en invierno y primavera, acompañada por una relativamente fusión estival provocada por una nubosidad muy persistente. Estas acumulaciones nivales se dieron especialmente en las grandes dolinas (Hoyos) existentes en la zona, provocando su ensanchamiento y progresiva profundización. En zonas más expuestas, generalmente en las cotas más altas de las cordales montañosas, la acumulación de nieve y hielo provocó la formación de lapiaces desnudos nivales en agujas en ocasiones profundos, distinguibles de los miocenos, de tipo tropical por sus bordes afilados agudos y ausencia de arcillas rojas (lateritas), así como nuevas dolinas.

Los sucesivos ciclos de hielo-deshielo provocaron periodos alternantes más secos con otros con abundante agua procedente de la fusión de los neveros. El agua procedente de la fusión de hielo y nieve es muy agresiva a la caliza por su baja temperatura y altos contenidos en CO2 disuelto. Por otro lado, la roca caliza existente “ayuda” a la carstificación por el elevado contenido en materia orgánica (sulfuros) y pirita, cuya oxidación provoca la formación de ácido sulfúrico (acidificando aún más el agua), y la precipitación de yeso (observable en muchas galerías existentes, especialmente en aquellas excavadas en calizas más margosas, formando “cortezas” adheridas a las paredes).

Esta etapa de ensanchamiento y profundización del poljé de Matienzo se ha designado como Etapa Intermedia, donde las depresiones pre-existentes se unen formando un valle de Matienzo similar al actual.

Resulta destacable la formación en los cordales y laderas del entorno de al menos dos superficies de abrasión. La más alta forma un plano inclinado entre 520 y 480 m formando cimas y collados en el entorno del valle los montes que circundan Matienzo. El segundo nivel se encuentra entre 260 y 200 m. Dentro de este segundo nivel se encuentra la superficie de Llaneces, entre 375 y200 m y ligada al encajamiento del Río Asón. En la vertiente contraria del río, en Rocías, se localiza otra superficie aparentemente simétrica, pero a cotas algo más elevadas, en torno a los 380 m. Esta desnivelación entre ambas superficies pudiera tener un origen tectónico.

Sumidero de Llaneces. Se pueden apreciar los pendants y la costra estalagmítica con cantos rodados bajo ella.

En el interior del Valle de Matienzo, estas superficies se muestran como rellanos y valles colgados (Risco, a 400 m de altitud, Cubija cuyo fondo se encuentra a 200 m de altitud, o Arnilla, con fondo a una cota 365 y cuya cabecera se encaja en un replano a cota 350).

Prácticamente en la confluencia de los tres (Seldesuto, Ozana y La Secada), se halla un relieve residual (hum), El Mazo, cuya cumbre se encuentra a cota 261 y se interpreta  como un vestigio del fondo de valle en esa etapa.

Cabe destacar que en este rango de alturas se encuentran numerosas grandes cavidades de la zona.

En cuanto a la evolución del endocarst, se dispone de un esquema carstogenético publicado por el grupo MUSS (1982), donde plantea dos fases distintas correspondientes a esta Etapa Intermedia:

  • Pleistoceno inferior. Primera fase (nivel de base 300 m), donde las tres cuencas funcionarían de una forma más o menos independiente, con uno o dos sistemas de drenaje generales distintos a los actuales ya que admiten que el valle de La Secada podría ser independiente en esta primera etapa de las otras dos depresiones. Estarían activas las cuevas de Los Grajos (410 mts.) y La Cubía. Ozana drenaría por La Codisera, donde se han desarrollado dos pisos entre 350 y 450 m.
  • Pleistoceno medio. Segunda Fase (nivel de base 225 m). Se produce un encajamiento de unos 100 m del nivel freático. Sedesuto drenaría por La Secada, donde el sumidero principal se realizaría por la cueva de Los Emboscados (a cota 220 m). El drenaje del valle de Matienzo se unifica, al terminar de capturarse el caudal del Área de La Vega y del Naso, formándose, entre otras, las cuevas de Sotarraña y Cofresnedo, cuyas bocas se sitúan a cotas 225 y 235 m respectivamente. Ozana, al menos en parte, desaguaría aun posiblemente por Codisera.

Ejemplo de esta evolución los encontramos en el macizo de El Naso, donde aparecen tres niveles de cuevas superpuestas a diferentes cotas: Rascavieja (300 m), Sotarraña (225 m) y, por último, la Cueva del Molino (165 m), situada a nivel basal (Muss, 1982).

Una vez finalizados los periodos glaciares, la configuración del poljé de Matienzo ya es similar a la actual. Aparecen los tres valles unidos y con un funcionamiento hidrológico prácticamente común, retrocediendo algo las laderas y profundizándose el nivel de base hasta alcanzar el techo del Complejo Purbeck-Weald en la zona de unión de los tres valles. La evolución del valle desde entonces se ha designado como Etapa Actual (Matienzo50, 2010), que abarca desde el Pleistoceno superior hasta la actualidad.

El sumidero principal es Carcavuezo, y la dirección de flujo principal es al Este, hacia el Llueva, en Valle de río Clarín.

Dentro de esta última etapa, se podrían distinguir las siguientes fases:

  • Pleistoceno superior – Holoceno inferior a medio. Tercera fase (nivel de base 165), representada por la captura total del drenaje de la cuenca de Ozana (Sistema Tiva-Risco-Oñite), y donde se configura entonces el actual sistema de drenaje general hacia el Noreste, si bien se destaca que alguna cueva drena aún hacia el Sur, como la cueva de Orillón. La erosión del Polje de Matienzo prácticamente alcanza su nivel impermeable (Complejo Purbeck-Weald) en la zona de confluencia de los tres valles.
  • Holoceno medio a superior – actualidad. Cuarta fase. Posible establecimiento de un sistema de redes de galerías  muy complejo, activo, y aún en exploración (Corrin, 1992).

Por último, Peter Smith (2018) cita la posible influencia local en el karst de Matienzo a consecuencia de infiltraciones de aguas termales.

EL KART DE MATIENZO, EN NÚMEROS.

Las longitudes actualizadas a 2019 de las diferentes cavidades descubiertas se resumen en el cuadro adjunto (tomado de Matienzo Caves, 2019).

Para cada una de las zonas en las que se ha dividido por parte de la MUSS la zona de exploración, que sobrepasa el área geográfica del poljé de Matienzo, las longitudes totales exploradas se indican en el siguiente gráfico.

De donde se deducen un total de 179.821 metros de longitud de cavidades cársticas exploradas a lo largo de 50 años.

Destacan, por su longitud, las situaciones de Riaño (67556 m de desarrollo), Arredondo, y particularmente la Cueva de Vallina (35301 m de desarrollo), El Sistema de La Vega Sur (con 34431 m de desarrollo), Cubija (22596 m de desarrollo), y Fresnedo (9647 m de desarrollo).

En su mayor parte corresponden al entorno del sistema hidrogeológico de Matienzo. Su situación se indica en el plano siguiente.

Situación de las principales redes subterráneas. MUSS. Matienzo caves Proyect.

PARA TERMINAR.

En la actualidad, el poljé de Matienzo está incluido en el Proyecto “Geoparque Valles de Cantabria”, candidato a Geoparque Mundial de la UNESCO que se está impulsando en el marco del proyecto europeo Atlantic Geoparks, cofinanciado por el Programa de Cooperación Trasnacional Interregional Espacio Atlántico a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

El Valle de Matienzo constituye, como entidad con especiales valores de interés geológico, arqueológico e hidrogeológico, un Lugar de Interés Geológico incluido en esta Geo-ruta.

Incluye los siguientes puntos de interés:

  • 35. Sierras de Mullir y del Infierno.
  • 38. Poljé de Llueva.
  • 39. Poljé de Secadura.
  • 52. Surgencia del Río Clarín.

Fragmento del Mapa del Proyecto de Geoparque.

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ANEXO I. PLANO GEOLÓGICO SIMPLIFICADO IGME (E 1:25.000) Y COLUMNA LITOLÓGICA

ANEXO II. COMPARACIÓN DE LAS FASES CARSTOGENÉTICAS EN ALTO ASÓN Y MATIENZO.

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